viernes, julio 08, 2011

Breve crónica bizarra

La vida cotidiana encierra ciertas experiencias que, aunque precisamente son cotidianas, si nos detenemos un momento y les ponemos atención pueden llegar a ser espectaculares.
Ella está como siempre iniciando un nuevo día, caminando hacia sus mismos rumbos, trabajando con la misma gente y huyendo de sus mismos demonios. Sólo que el día de hoy es distinto, los que estamos alrededor (o al menos algunos) conocemos su verdadera historia. No tiene importancia. Tal vez en eso se resumen todos los tabús, todos los prejuicios morales y reglas sociales "aceptables": cuando se decide ser distinto y se enfrenta la decisión, al final a nadie le importa. Está un poco sorprendida porque el día de hoy al llegar al desayuno no ha habido ningún comentario matizado con un evidente sarcasmo, no hay humor negro, no siente el ambiente de agresión pasiva que caracteriza sus mañanas cuando se toma el primer jugo de naranja. No es que esté siendo ignorada. Todos simple y sencillamente siguen sus ritmos, sus pláticas, sus rutinas diarias. Intencionalmente se detiene en la puerta, voltea hacia donde está el resto de la gente y da un detallado informe de sus actividades del día sin que nadie le hubiera preguntado, todos contestan dándole ánimo y buenos deseos. Ella piensa que algo está mal. Esta lista de actividades dicha en voz alta el día de ayer la hubiera conducido a una discusión larga y cansada sobre la conveniencia de sus asuntos, sus visitas, sus gentes; habría salido de casa encabronadísima y pensando que nadie la entiende, que todos sistemáticamente la quieren chingar. El día de hoy la despiden con una sonrisa y buenos deseos, ¿que chingados les estará pasando? ¿Será una nueva táctica para molestarla? ¿Una nueva forma de recriminación?
Es raro, pero camino al coche y por primera vez desde que decidió ser diferente se pregunta si realmente le gusta serlo. Entonces sube al coche, enciende la radio, conecta su iPod y reproduce una y otra vez la canción más triste de su lista mientras fuma un cigarro tras otro hasta llegar al trabajo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola :

Me llamo Jimena San Martín soy administradora de un sitio web. Tengo que decir que me ha gustado su página y le felicito por hacer un buen trabajo. Por ello me encantaria contar con tu sitio en mi directorio, consiguiendo que mis visitantes entren tambien en su web.

Si estas de acuerdo hazmelo saber enviando un mail a jimena.sanmartin@hotmail.com
Jimena San Martín