Ya va una semanita...

Es ya casi una semana de andar por las tierras del pambazo y los tacos de suaperro. La verdad es que me han tratado bastante bien en el Instituto Nacional de Rehabilitación y también es chido conocer otro enfoque para el tratamiento de la patología del pie. Es cierto que ya había olvidado el gran logro que puede ser llegar del punto A al punto B sobre todo cuando el traslado es por camión (micro o pecero, como les dicen acá), y es que no mames, simplemente no mames, la manera de valerles madre en su forma de manejo es increíble, he estado a punto de reventarme el hocico por lo menos 20897325 veces. Por otro lado la capirucha no deja de tener sus encantos...



Como por ejemplo darse una vuelta por el centro historico, que si bien siempre se encuentra lleno de marchas, plantones (como el de Luz y Fuerza del Centro), y ferias (como la del libro, por estos días), nos llena de chidos detalles y muy chingones monumentos durante las caminatas.
Hoy fui con un compa de Guanatos (Chuma, para los que lo conozcan) a desayunar a la casa de los azulejos, de nuevo, víctima de la nostalgía, la volví a cagar pidiendo un "menudo jalisciensce" que lo que menos tenía era lo jalisciensce, jaja, moraleja por enésima ocasión: nunca pidas de comer cosas de tu terruño en otro lugar, simplemente no-valen-madre, nunca sabe nada igual, para la otra a pedir menudo defeño o algo así, o simplemente tacos al pastor, que es de lo mejor que tiene la cocina culinaria chilanga.




El lugar sin embargo, vale la pena te den lo que te den.
Hoy por la noche pedita en casa de quién sabe quién, forastero en tierras capitalinas, para continuar alimentando los subgrupos de población que se forman en este tipo de ciudades captadoras de poblaciones foraneas. Peda de tapatíos en tierras chilangas.
Espero que mañana no esté muy dura la cruda porque no creo encontrar unas buenas tortas ahogadas hasta acá.

Nos estamos leyendo.